Hacia adelante: Desmantelando la discriminación contra el colectivo LGBTIQ+ en Argentina
Fernanda Rotondo es una feminista argentina, activista de los derechos humanos y del colectivo LGBTIQ+, además de escritora y fotógrafa. También es la coordinadora de Género y Derechos Humanos de la organización ANDHES (Abogadas y abogados del Noroeste Argentino en derechos humanos y estudios sociales). Frente a la incoherencia de las políticas y protecciones nacionales, Fernanda lucha por el avance de los derechos humanos de las mujeres y disidencias argentinas para garantizar un futuro sin violencia para todas las personas.
La desprotección
“Aunque los recientes avances del país en materia de derechos humanos han sido enormes, no todos los argentinos pueden disfrutar de ellos por igual”, afirma Fernanda.
Cada una de las 23 provincias del país tiene su propia constitución y sus propias leyes, lo que da lugar a importantes disparidades en las políticas y la prestación de servicios. "Muchas provincias no incorporan legislación para eliminar las desigualdades y la violencia de género", explica Fernanda. Incluso en las provincias donde existen políticas y servicios de protección, siguen siendo inaccesibles para muchas personas.
Las políticas públicas sobre violencia de género no son integrales, y "las políticas existentes carecen de perspectivas interseccionales e interculturales", expresa. Estas brechas dejan a quienes se enfrentan a formas de discriminación interseccionales -como las mujeres, LGBTIQ+, indígenas y migrantes- en riesgo agravado de sufrir violaciones de derechos y violencia.
Para la activista, "Las mujeres trans, en particular, siguen siendo objeto de violencia correctiva y transfemicidio (...) debido al odio a sus identidades y expresiones de género (…) Además, viven en contextos de violencia estructural en los que se ve afectado su acceso al trabajo, a la educación y a la vivienda y en los que también sufren (...) la criminalización y la persecución policial”.
Desde su punto de vista, los recientes acontecimientos globales no han hecho más que exacerbar las amenazas a las comunidades marginadas. A raíz de la pandemia y en medio de la actual crisis económica, "los sectores de la derecha más conservadora (...) han avanzado reaccionariamente en América Latina, imponiendo retrocesos en materia de derechos de las mujeres, las niñas y LGBTIQ+ e instalando discursos de odio", afirma Fernanda.
Impulsar la transformación
Su activismo se vio catalizado por su propia salida del clóset, que le hizo tomar conciencia de "la discriminación y la exclusión escolar y familiar que sufrimos las lesbianas cuando [...] desarrollamos una identidad política y ganamos visibilidad".
Desde que se unió a ANDHES, una organización de derechos humanos que opera en las provincias argentinas de Tucumán y Jujuy, Fernanda trabaja en la promoción de políticas feministas disidentes interseccionales y protecciones para las mujeres y las personas LGBTIQ+ y describe el objetivo: "Nuestro trabajo se centra en los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres cis, lesbianas y trans en su acceso a la justicia".
El grupo forma a orientadoras legales comunitarias y trabaja para impulsar la transformación social "democratizando el acceso a las herramientas técnicas jurídicas". Un aspecto central de su trabajo es abordar una "perspectiva interseccional que hace visibles [...] las agendas y demandas de los movimientos indígenas y migrantes".
Organizaciones como ANDHES son cruciales para impulsar el cambio de políticas, y Fernanda resalta la responsabilidad de los Estados de crear y ampliar los espacios de participación de la sociedad civil. También señala la importancia de hacer accesibles los recursos a estas organizaciones, que "a menudo no pueden acceder a determinadas fuentes de financiación debido a sus elevadas exigencias administrativas y a la falta de flexibilidad en sus requisitos".
También hay un papel a nivel individual: "involucrarse a nivel comunitario y político practicando la empatía", dice Fernanda. "Debemos unirnos con les demás y entre nosotres".
Abriendo camino
En sus palabras, afirma: “Un mundo libre de violencia de género es por lo que han luchado generaciones de feministas y LGBTIQP+ antes que nosotras, y les debemos a ellas y elles y a nosotras mismas terminar lo que empezaron (…) Las ancestras sin duda nos abrieron un camino que es preciso continuar construyendo y para eso nos tenemos unes a otres y unas a otras", afirma.